No podemos considerar el evangelio de Lucas una vida de Cristo en sentido histórico, sino la proclamación del Kerigma cristiano, es decir, del acontecimiento Cristo, crucificado y resucitado por Dios Padre.
Lucas pretende provocar en los lectores de su evangelio una respuesta comprometida. Los que se conviertan, es decir, los que escuchen su mensaje y lo acepten, se adherirán a la persona de Jesús de forma violenta, porque solo los violentos consiguen hacer vida en sí mismos el Reino de Dios.
Para entrar en el Reino hay que aceptar decididamente las renuncias y las exigencias más radicales.
JOSEPH FITZMYER
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